El Cerebro Creativo y Lúdico, de Carlos Alberto Jiménez Vélez, habla de la importancia de las actividades lúdicas en la vida de cualquier ser humano, como “artesano en la fabricación de una zona de distensión, que se encuentra en un espacio de caos cerebral”.
En dos entrevistas realizadas a la Lic. Daniela Teilemans del Centro de día Pichon Riviere y a los coordinadores de La casa de Javi, nos encontramos con que el espacio lúdico ayuda en la enfermedad, a quien la padece y a sus familias, en uno y otro caso respectivamente.
El Centro de día Pichon Riviere comenzó a funcionar desde junio de 2007 en la ciudad de La Plata, desde el año 1996 lo hacía en el Hospital Neuropsiquiátrico Alejandro Korn de Melchor Romero. El Centro tiene una admisión de pacientes externados y una parte de la población que proviene de agudos mujeres y agudos hombres. También cuenta con otra población en tratamiento ambulatorio. Reciben además pacientes de otros institutos de la comunidad.
Entre las actividades que se realizan, funcionan los Talleres de Expresión: taller de expresión corporal, taller de lectura de diarios, taller de plástica, taller de expresión literaria y los días viernes el taller de recreación. La interdisciplina se vive dentro de las mismas actividades y esto enriquece al paciente muchísimo, según la Lic. Daniela Teilesman quien nos dice: - Al atravesar los talleres, los pacientes logran superar en la mayoría de los casos, el miedo a la exposición, aprenden que pueden, más allá de la crítica o del no sé. El tallerista los coordina para que cada uno pueda desplegar al máximo su potencial. Los pacientes están institucionalizados y por tanto, la exposición es uno de los factores a tratar, antes de su inserción total en la comunidad.
Uno de los proyectos a concretar, es llevar el Taller de Expresión corporal a la integración, en un club de barrio con gente común. En el taller literario graban en la Facultad de Periodismo, un programa de radio y esto los ayuda a tomar contacto con el afuera. Desde la lectura de diarios también se logra, a partir de la realidad, contextualizar la obra que realizan.
El objetivo general de este Centro de día, es fomentar la autonomía del paciente, logrando así la inserción en la sociedad, para evitar el ingreso y egreso de los pacientes.
Entrevista directores de La casa de Javi.
Lucía y Osvaldo son los padres de Javi, un chico que a los trece se enfermó de cáncer y luchó no sólo con la enfermedad, sino con la soledad propia y de la familia. En ese camino, descubrió las carencias de las instituciones y lo movió la necesidad de encontrar la forma de insertar actividades recreativas en las familias, en los niños y adolescentes con ésta enfermedad.
Lucía y Osvaldo nos hablan en una profunda charla de este mensaje de vida que Javier les encomendó cuando él ya no estuviera. Ellos se encargaron de formar la Asociación Civil sin fines de lucro La casa de Javi, que nació en el 2005 y cuyos principales objetivos son el de atención a los niños y adolescentes con cáncer y a sus familias, dentro y fuera del ámbito institucional . -Evitar la soledad a través de la comunicación de sentimientos y alentar siempre el apoyo de los vínculos afectivos.-dicen los dos.
Osvaldo: -Javi decía que la solidaridad debía establecerse desde la igualdad, es decir, no soy solidario porque estoy o soy mejor que vos, sino porque somos iguales, somos humanos-.
La casa de Javi encontró en las actividades recreativas la manera de lograr su objetivo principal, que es la contención de niños y adolescentes en tratamiento, en el ámbito más doloroso como lo es el hospital.
Lucía: Javi decía - ¿Cómo puede ser que dentro del Hospital no puedo ver el cielo, o jugar con otros chicos aquí mismo?.
Hoy han logrado tener su espacio dentro del Hospital de niños, en la sala 15 y allí iniciaron las actividades recreativas: globología, títeres, cuentacuentos, y regalitos para los niños. Pero no sólo ese espacio funciona dentro del Hospital, sino que llevan las actividades a su casa, donde, una vez al mes, se realizan juegos con otros niños del barrio. Estos encuentros integrados, permiten, el intercambio y la comunicación ente los niños y entre los padres que acuden al lugar.
Al preguntar por su objetivo final, la respuesta es clara y contundente por parte de Osvaldo y Lucía: -No tenemos techo, siempre que se trate de ayudar voluntariamente-.
Analía Rodríguez Borrego.
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