REVISTA VIRTUAL DE ARTE Y CULTURA

Casa suelta somos todos; todos los que creemos en una búsqueda universal, en la diversidad de caminos, en la posibilidad de transformarnos a cada instante.
Este es un espacio donde convergen las opiniones, las voces, la imagen, la ficción, la palabra, la vida que fluye en interminables laberintos a explorar. Una mirada hacia nosotros, hacia el mundo que nos circunda, para regresar luego al mandala de nuestra esencia.
Somos todos una casa suelta... puede entrar, la puerta está abierta... la ventana también.

La casa anda suelta. Recorre paisajes urbanos, humanos, silvestres, campestres. Se escapa como perro sin correa y se pasea sola. Es una loca linda. Es un hogar abierto.
"Cuidadito que se pierde". Se esconde detrás de un farolito o de un arbolito y dice: "acá `ta". Entonces hay que escucharla porque trae historias para todos los gustos.

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lunes, 29 de septiembre de 2008

Detrás de los huesos.





Su aspecto exterior se asemeja más a un templo romano. Dos figuras felinas se elevan en su entrada, estatizadas en rígido cemento; Introducido en una selva urbana, guarda complacido las historias más inverosímiles de un antaño hecho presente. Atravesar su puerta de entrada, es meterse en un túnel sin tiempo. En el subsuelo, una pequeña oficina corresponde al área de Antropología Forense. Adentro, a primera vista, un cráneo humano sobre una pequeña mesa.

Entrevista a Susana Salceda, Antropóloga Forense de la Universidad Nacional de La Plata, docente universitaria e investigadora del CONICET.

¿Qué estudia la Antropología Forense?
El campo de la antropología forense tiene que ver con su participación disciplinar en el ámbito de una causa civil o penal, que se dirime en un foro público. Se analizan los restos óseos que puedan aparecen o Adn, para determinar si los mismos son humanos, su sexo, edad, causal de muerte, violencia, etc. Puede ocurrir que la investigación esté relacionada con temas civiles, por ejemplo con paternidad en estudios de ADN si el padre hubiere fallecido. No siempre se solicita nuestra presencia para casos penales, sino como mencioné, también en casos civiles.
¿Qué otros profesionales trabajan con el antropólogo en la investigación?
Trabajamos con arqueólogos, antropólogos sociales, antropólogos biólogos, dentro de la antropología y otras ciencias como la medicina genética, psicóloga, geología, la botánica, la zoología, la química, sociología.
¿Se los convoca en algún momento para trabajar con los desaparecidos de la Dictadura Militar Argentina?
Sí, se nos convocó cuando se comenzó la investigación luego de la dictadura y se formó el equipo de Médicos Forenses Argentinos, que es una ONG, pero no aceptamos porque muchos de los desaparecidos eran compañeros nuestros. No sé si estuvo bien o mal la decisión, solo sabemos que hay que tomar distancia del objeto a investigar porque de lo contrario, se pierde precisión, entre otras cosas. Trabajamos con los desaparecidos de todos los días.
¿Qué significación tiene la palabra “desaparecido” para el victimario, desde la Antropología? ¿Por qué privarlos del acto funerario?.
Para nuestra sociedad, la funebria es muy importante como para cualquier grupo humano, desde el punto de vista cultural. En los cementerios hay historia; cuando la gente entierra a sus seres queridos, lo hace desde la intimidad como un ritual que implica la despedida. Al no tener la posibilidad de enterrarlos porque han sido desaparecidos, es cuando se produce la búsqueda, la denuncia, porque ese duelo no se ha hecho. Otro factor a considerar es la certeza de la muerte; nadie sabe si el familiar o ser querido está realmente fallecido, precisamente porque está desaparecido.
Para el victimario, privar al grupo familiar del cuerpo depende de la patología y del perfil psicológico que tenga. Antiguamente se los mantenía desaparecidos para evitar la martirización, es decir, para que no se convirtieran en mitos. Tuvimos un caso al que llamamos el caso de Ramoncito en nuestro país hace poco tiempo, que fue un niño asesinado por un ritual satánico, donde el cuerpo fue expuesto en un lugar visible luego de muerto. El perfil en este caso era colectivo y tenía que ver con una creencia colectiva.
¿Desde donde surge la investigación de un caso de los que usted investiga?
Generalmente es una demanda de algún sector judicial o policial y comisarías. El inicio puede darse de dos maneras, una: hay restos óseos hallados, alguien encuentra un resto humano en un lugar determinado y se origina una denuncia que se transforma en una causa. La segunda forma es la presunción de hallazgo, es decir que el organismo nos convoca antes, porque tiene la información que existe una persona que ha sido muerta por alguien y hay que buscarla. En el primer caso, hacemos una pericia antropológica de laboratorio; en el segundo, somos nosotros quienes vamos al lugar e iniciamos la investigación recogiendo todo el material de contexto antes de la recolección de los huesos.
¿Cuánto tiempo se tarda en hacer una investigación en cada uno de los dos casos?
En el primer caso es más rápido porque los restos ya han sido hallados e incluso movidos por personal policial y otros, por lo tanto no hay más que analizar el material recogido. En el segundo caso hay una búsqueda que requiere mover, excavar, buscar y puede llevarnos hasta seis meses la investigación.
¿Cuál fue el caso que más le sorprendió de los que has investigado?
Fue un pedido de pericia en FINESCO, un frigorífico de Quilmes, donde el cuerpo estaba dentro de un container lleno de material orgánico en descomposición de cerdos. Había que plantear una excavación antropológica ahí dentro; el olor era insoportable y se hacía muy difícil buscar entre restos de cinco y seis centímetros de huesos de animal hasta encontrar el humano.
¿Hay algún proyecto actual desde la Facultad?
Sí, tiene que ver con que al estudiar material óseo humano, no siempre los investigadores, encontramos en los estándares internacionales la respuesta directa dentro de la investigación, estos estándares no se adecuan al momento de realizar el trabajo. Estos estándares están basados en correcciones de restos óseos humanos de edad y sexo conocido, es ahí donde se precisa la técnica a utilizar.
En este momento hemos hecho un acuerdo con la Facultad de Medicina de La Plata generando una osteoteca con restos que el cementerio entrega en función de que son restos no reclamados. Esto nos sirve para generar nuestra propia estadística, es decir, se aplica toda la batería de técnicas que ya tenemos y se realiza un test a ciegas, es decir, categorizamos y luego verificamos con los datos de los restos que ya conocemos para saber qué tan precisos son los datos con los que contamos.
¿Qué pasa con la sensibilidad a la hora de investigar con restos humanos?
A veces no es el trabajo en sí, sino el contexto lo que hace que uno flaquee por momentos. Uno de los últimos trabajos lo realizamos en la Colonia Montes de Oca y hubo que seleccionar el personal que investigaría porque la realidad dentro de estos lugares es muy dura. Además los medios estaban alborotados debido a que se acercaba la fecha aniversario del fallecimiento de Jubileo.
¿Podría darme tres motivos para recomendar la carrera de Antropología?
Recomendaría que ingresen en la carrera únicamente convencidos porque exige un compromiso físico muy grande, pero que a su vez, te da proyección de futuro, te motiva constantemente. También tiene que saber que no es una profesión de ejercicio libre, siempre hay una institución detrás y esto conlleva una realidad distinta que ejercer como un médico o un abogado. La aplicación está en la docencia o en la investigación y esto tiene que estar muy claro: “hay que meterle y estudiarla en serio porque enfoca al hombre en un sentido integrado, holístico y esto es lo que la hace una carrera apasionante pero difícil”.

Analía Rodríguez Borrego.