REVISTA VIRTUAL DE ARTE Y CULTURA

Casa suelta somos todos; todos los que creemos en una búsqueda universal, en la diversidad de caminos, en la posibilidad de transformarnos a cada instante.
Este es un espacio donde convergen las opiniones, las voces, la imagen, la ficción, la palabra, la vida que fluye en interminables laberintos a explorar. Una mirada hacia nosotros, hacia el mundo que nos circunda, para regresar luego al mandala de nuestra esencia.
Somos todos una casa suelta... puede entrar, la puerta está abierta... la ventana también.

La casa anda suelta. Recorre paisajes urbanos, humanos, silvestres, campestres. Se escapa como perro sin correa y se pasea sola. Es una loca linda. Es un hogar abierto.
"Cuidadito que se pierde". Se esconde detrás de un farolito o de un arbolito y dice: "acá `ta". Entonces hay que escucharla porque trae historias para todos los gustos.

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lunes, 11 de febrero de 2008

Sueños de España, AMADUMA.

SUEÑOS HECHOS REALIDAD

Dijort/Málaga

La sensación de total confusión mental de este hombre era preocupante.
Era incapaz de poder separar sus realidades oníricas de las vivencias
diarias, mezcladas en su mente sin posibilidad de que su voluntad
pudiera decidir sobre cuál de ellas estaba tratando.
Rafael despertó unos segundos antes, y todavía tenía tan reciente los
sueños que acababa de soñar… Vivía en un pueblo manchego, pequeño,
antiguo… todos se conocían. Tenía una obsesión de hace años, que
alguna vez había comentado con algún amigo. Estaba convencido de que
él había vivido otra vida.
A los veinte años le invitaron a visitar un monasterio que había muy
cerca de su pueblo. Le llevaron a conocer el Monasterio de Santiago
Apóstol en Uclés. Le encantó. El guía les explicó que fue sede de la
Orden de Santiago, que en sus instalaciones vivió entre otros el poeta
Jorge Manrique, donde escribió aquellas célebres elegías a la muerte
de su padre. Que en la parte posterior de su iglesia, delante de la
puerta principal de la misma, debajo del coro, posiblemente se
encuentre la tumba de su padre…
Precisamente allí, estando en ese mismo lugar, fue cuando sintió un
brutal latigazo interior, una descarga en su cerebro, que le abrió
unas vivencias pretéritas imposibles de traspasar a otras personas. En
el último cuarto del siglo XV, siendo maestre de la Orden de Santiago
D. Alonso de Cárdenas, Rafael – llamado por entonces García-, era
caballero casable de la Orden de Santiago con destino en Uclés.
Eran épocas aquellas de continuas intrigas en la orden, siempre en
previsión de quién podía ocupar el maestrazgo o la administración de
la misma. Se comentaba que posiblemente la reina Isabel estaba
intentando que el Vaticano le concediera a la corona de Castilla la
administración de la Orden de forma definitiva. Esto acabaría de una
vez con la lucha interna por el poder.
De cualquier forma, no era esto lo que a él le preocupaba en estas
fechas. Como caballero casable – las otras dos modalidades de la
orden, los caballeros estrechos y los canónigos regulares -, son las
formas de vivir de estos últimos las que le preocupaban y ponían en
peligro sus aspiraciones dentro de la Orden.
En los tres últimos siglos, los caballeros inquisidores andaban
obsesionados por los vicios relacionados con la sodomía. Era
precisamente en este aspecto en el que pensaba García cada vez que le
llegaban comentarios de las costumbres licenciosas de los canónigos
regulares… Sus sospechas eran cada vez más fundadas…
Se encontraban por aquellas fechas, cercanas a las celebraciones de
Navidad, incursos en plena campaña de exaltación de la familia. En
este trabajo se vieron inmersos desde el mismo Inquisidor General,
Tomás de Torquemada, hasta los canónigos regulares pertenecientes a la
línea de pensamiento del citado inquisidor. Por este motivo era más
preocupante su situación ante los rumores de sodomía que salpicaban a
estos canónigos regulares… no sabía cómo podía afectarle a su
situación en la Orden, enfrentado al poder del Inquisidor Torquemada…
Ajeno a cualquier tipo de presión, guiado solamente por su deseo de
aclarar de la forma más justa e imparcial el problema que le había
sido encomendado, investigó hasta encontrar algo que todavía le causó
mayor preocupación. Según todos los indicios, por declaraciones de
implicados y testigos, incluso del entorno de los mismos canónigos,
llegó a la conclusión de que debía presentar acusación contra uno de
los brazos fuertes de la canonjía, D. Martín de la Cota, responsable
de gran parte de la feligresía de la Orden dependiente de esta zona.
Contra el canónigo de la Cota se presentaron varias declaraciones de
sodomía, unidas a prestación de favores, y otros tipos de acusaciones
que más tarde se concretarían.
Intentando evitar su entrega a los inquisidores, citó García a D.
Martín de la Cota, buscando en complicidad algo que desvaneciera, o al
menos suavizara estos malos informes que él debía presentar ante el
mismo Inquisidor General, que como he dicho anteriormente, se
encontraba casualmente en Uclés, celebrando una campaña de exaltación
de la familia católica. García no podía entender la defensa que el
canónigo denunciado hizo de su forma de proceder. No negó los hechos,
no los justificó con ningún tipo de locura, enfermedad… La única
justificación que dio es que "en todas las ocasiones habían sido
provocaciones de los sodomizados", y en esta situación resultaba muy
difícil vencer la tentación.
García comenzó a experimentar sensaciones de ahogo, creía que sería
imposible salir bien parado de este asunto. Su conciencia no le
permitía ocultar estos hechos ante la Santa Inquisición, pero temía
que esta presentación supusiera la condena a la hoguera del canónigo,
e incluso de alguno más de los afectados. Se sentía nervioso,
estresado, oía por otra parte predicar con grandes voces al Inquisidor
General, D. Tomás de Torquemada, y a otros inquisidores que no le
resultaba fácil reconocer. Eran voces muy cercanas, como si estuvieran
acercándose a ellos, como si fueran reclamando la entrega de sus
investigaciones, las voces sonaban muy cerca, muy fuerte, fuerte, a su
lado…
Despertó. Afortunadamente despertó cuando ya se encontraba
acorralado… Se dio cuenta de que tenía la televisión encendida,
estaban dando las noticias. Estaban comentando algo sobre una reunión
en la Plaza de Colón de Madrid, para exaltar la familia, y en ella
estaban al frente el cardenal Rouco Varela de Madrid y el cardenal
García Gascó de Valencia, que estaban hablando de no sé qué cosas que
podían romper la democracia… Como no le interesaba el tema, cambió de
canal y se quedó viendo un debate entre el Sr. Ruiz Gallardón y la
Sra. Esperanza Aguirre. ¡Qué descanso, oye!

Ángel Pulla

Publicado por AMADUMA para El Blog de AMADUMA el 2/09/2008 10:07:00 PM